Momento dulce.

Hace unos días, semanas quizás haya durado, he pasado por una etapa sombría; tristeza y melancolía albergaban mi mente. En este tiempo he querido escapar, huir de mi mismo e intentar encontrarme en algún lejano país. Afortunadamente la madurez no sólo te da sosiego y paciencia sino también conocimiento de uno mismo que de todos es el saber más complejo. Y por eso en un momento de lucidez creí saber quién era el culpable de mi pesar.

Son tres Iron Man ya los cuales he preparado y todos, llegando al fin, me han dejado exhausto emocionalmente. No sabría explicar bien cuál es la causa, pero en el inicio del famoso tapering, que en mi caso suele empezar un mes antes de la competición, en el que una sorda pena me entristece y me deja sumido en algo parecido, digo yo, a una depresión.

Y así, en estas semanas, he querido huir, he querido escapar, pero he querido escapar de mi porque era de mi con quién no me sentía bien. Y ocurre que en estos instantes me da por soñar en ese viaje increíble que quizás algún día haga alrededor del mundo, con una mochila cargada de ópticas y cámaras fotográficas, un par de mudas dos o tres camisetas, unas zapatillas para correr y unas gafas para nadar. Me imagino cogiendo trenes, autobuses y coches. Imagino comprando alguna moto destartalada que después vendería, conociendo gente dispar, paisajes increíbles bañados de luz y noches debajo del hotel un millón de estrellas. Me imagino currando de peón, camarero o lo que sea en algún lugar lejano de Asia, América, África u Oceanía, enrolado como pinche en algún barco carguero que me llevara a mi siguiente etapa... en fin, me imagino viajando, solventando mil aventuras, algún que otro peligro y fotografiando este mundo increible y único.

Puede que algún día lo haga, si, siempre lo he pensado y en esta semi depresión una pequeña semilla ha germinado pero también se que lo haré en el momento correcto y cuando la acción suponga un crecimiento.

Mientras tanto, mientras los días pasaban entre pesar, la vida ha querido hacerme un guiño y mostrarme que la felicidad no está lejos sino al alcance de tu mano, delante de tus ojos en el cotidiano devenir de sucesos y gente que te acompaña en el viaje eterno de la vida. Así, casi sin darme cuenta, después de que llevara año y medio trabajando en Telecinco mi hermano Fernando, el miércoles pasado le notificaron que la empresa quería hacerle fijo. Si siempre es un jubilo una noticia así, en los tiempos que corren lo es más. Que agradable es dar buenas noticias, mi jefe, subdirector de la división técnica y operaciones de T5 no pudo resistirse y mientras se reunían con mi hermano él venía a verme a darme la noticia como primicia. La conversación dejo una sombra de tristeza para lo que queda de año dónde ellos si saben cómo terminará pero ahora, en este momento es el júbilo el que toma protagonismo y no dejaré que el futuro, para algunos incierto, sea un pesar cuando en mi mano no está la posibilidad de cambiarlo, que así sea y así es.

Y el guiño siguió produciéndose en forma de reunión enphormaniaca y en fin de semana de absoluta y plena felicidad al lado de Raquel con no más que sol, agua y tiempo para disfrutar el uno del otro en el pantano del Burguillo. Desde aquí os recomiendo su visita que bien pensado podía ser lugar de encuentro entre jaramugos, salmantinos y madrileños, el guante queda lanzado para que alguien lo recoja... prometo no hacer nudismo si quedamos en jornada bloguera-triatletica ;-).

Y como colofón el entrenamiento de hoy que para no extender no comentaré pero que ha sido quizás el mejor que haya hecho nunca. Quino me he dejado listo y preparado para correr estupendamente en Alemania, ahora sólo depende de mi y mantener este maravilloso momento dulce.

Ultima hora: Clemente Alonso 4º en Niza, toma ya!!!!, enhorabuena chaval!!!!