Cuando ya supe que acompañaría a Antonio y que podría hacerle fotos imaginé todo tipo de situaciones para anticipar en lo posible el trabajo a realizar. Era consciente de que el reto, aunque impresionante, sería muy repetitivo a lo largo de las horas y que por situaciones de luz, no siempre podría hacer lo que quisiera.
Esperaba, conociendo tres de las cuatro islas, haber realizado el seguimiento de la bicicleta de una forma particular, imitando en cierto modo a Lucanux en ciertos encuadres y aportando lo que a mi me gusta ver. Sin embargo por problemas de logística, me ha sido imposible seguir ningún tramo de bicicleta a excepción de Mallorca que por ser nocturno y disponer de una cámara antigua que no puede aportar trabajos correctos a sensibilidades altas, tampoco he podido plasmar.
Por lo tanto casi todo se ha limitado al mar y aunque repetitivo, me lo he pasado genial. Primero porque moverse en un barco es complicado, el sitio se mueve, no es cómodo e invita a hacer todo tipo de encuadres para no repetirse.
Por lo tanto casi todo se ha limitado al mar y aunque repetitivo, me lo he pasado genial. Primero porque moverse en un barco es complicado, el sitio se mueve, no es cómodo e invita a hacer todo tipo de encuadres para no repetirse.
Además, al no ser el fotógrafo oficial, podía investigar sin presión por reflejar exponsor o fotografías correctas para los medios.
Al observarlas, me doy cuenta de cuanto mucho me queda por aprender, pero reconozco que este año, gracias a Ámbar y motivos como éste, me he reencontrado con una pasión que dura ya más de 20 años.
La foto que acabais de ver es mi favorita. Las limitaciones de la cámara le restan calidad, pero la intención es lo que cuenta y saqué lo que quería.
Manda... también, que el único motivo de problemas y desilusión, haya motivado una foto interesante, pero el momento no entiende de personas y personalidades.