domingo, 5 de enero de 2014

Momentos en un viaje y alguna reflexión.


Alguna publicidad y los propios habitantes de Costa Rica, los ticos como así mismos se llaman o costarricenses, dicen ser el pueblo más feliz del planeta. Y se basan en el indice Happy Planet que posiciona a Costa Rica por delante de Vietnam y Colombia. El resultado se basa en tres mediciones, el bienestar que los habitantes dicen tener, la esperanza de vida que tienen al nacer y la huella ecológica de la nación a testar. Desde luego no deja de ser sorprendente quienes son el segundo y tercer país. Pero si investigamos un poco y por ejemplo hacemos caso a otras publicaciones, estas posicionan a Dinamarca como el país más feliz, a Costa Rica la relegan al puesto 12 y a España, nada más y nada menos que al puesto 38.


Hace unos meses discutía con un amigo y bloguero sobre la autocrítica, para mi excesivamente negativa y por lo tanto dañina sobre nuestro país. No seré yo el que niegue que España tiene muchos defectos y que esta crisis ha sacado y sacará muchos más. Pero de ahí a compararse con países emergentes creo que nos aleja de la realidad e insultamos y sobretodo nos insultamos. Siendo simplemente críticos macroeconómicamente hablando y comparando el PIB de varios países descubriremos que el de España es de 1.349 billones con un descenso del 1,4 % desde que se inicio la crisis, el de Chile es de 268,3 miles de millones con un crecimiento anual del 5,6% y el de Costa Rica 45,13 miles de millones y un crecimiento anual del 5,1%. El PIB es usado como una medida de bien estar material de una nación. Por cierto el de Australia es de 1.500 billones, Alemania es algo más de 3.400 billones, el de China  es de 8,7 y el de EEUU algo más de 14. Sin embargo estos datos dejan de ser representativos si medimos el impacto social o ecológico en diversas actividades.



Un poco lioso no. Bueno pues indevidualicemos un poco y analicemos la renta per capita. Vamos a seguir con los países test, es decir EEUU, en 6ª posición mundial y más de 51.000 dólares; Alemania, en 17ª posición y casi llegando a los 40.000 dólares; España, 30ª posición y en 30.600 dólares; Chile, 49ª posición y 19.400 dólares; Costa Rica, no he encontrado datos posteriores a 2010, 74ª posición y 11.400 dólares. Resulta que el estudio de la renta per capita es criticado por no tener en cuenta las desigualdades económicas de la población y para ello un estadista italiano, Corrado Gini, ideó el Coeficiente de Gini. Normalmente se utiliza para medir la desigualdad de los ingresos, dentro de un país, pero puede utilizarse para medir cualquier forma de distribución desigual. El coeficiente de Gini es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).
Aunque el coeficiente de Gini se utiliza sobre todo para medir la desigualdad en los ingresos, también puede utilizarse para medir la desigualdad en la riqueza. Este uso requiere que nadie disponga de una riqueza neta negativa.
Bueno, pues bien, aquí si usamos este coeficiente descubrimos que los países más igualados, en lo que a riqueza se refiere, son los países del norte de Europa, Alemania está en la posición 21 con un coeficiente de 0,283, mejorando el resultado de la zona Euro que está en el 25 con 0,305. España baja estrepitosamente esta media y se sitúa en la posición 51 con 0,340 pero que sin embargo gana por goleada a EEUU que se encuentra en la posición 120 con 0,469 y por fin llegamos a Costa Rica, siendo este uno de los países que más ha aumentado la brecha entre pobres y ricos en los últimos años y que tiene un coeficiente de 0,515. Ah!, Chile está en la posición 131 con 0,503 y China está justo una posición por encima de la media Global en el 125 con 0,474.


Llegados a este punto y para aquellos que no me conozcáis, aclarar que mi conocimiento en economía empieza y termina en  la investigación que estoy realizando en este post, por lo que no dudéis en corregirme, tan sólo sigo los datos que descubro. Todos los datos se pueden encontrar en red que es de donde los he sacado.


Yo no se vosotros pero voy sacando alguna que otra conclusión, no obstante me gustaría saber un dato que me apasiona, el nivel de educación del país. Aquí la liamos un poco la verdad, porque cómo medimos coherentemente el nivel de educación de una población. Para ello recurro al informe PISA: El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe PISA (por sus siglas en inglés: Program for International Student Assessment) se basa en el análisis del rendimiento de estudiantes a partir de unos exámenes que se realizan cada tres años en varios países con el fin de determinar la valoración internacional de los alumnos. Este informe es llevado a cabo por la OCDE, que se encarga de la realización de pruebas estandarizadas a estudiantes de 15 años. Aunque es considerado como un sistema "objetivo" de comparación, su formulación está sujeta a muchas críticas, por cuanto es un análisis meramente cuantitativo.

No os quiero marear pero es que los datos marean. España está según este informe en las tres habilidades básicas, lectura, matemáticas y ciencias, por debajo de la media de OCDE Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y por debajo atención, de EEUU. Por supuesto Alemania nos supera en goleada (y que todavía se crea que quieren a nuestros ingenieros porque son los mejores. No será que lo que quieren es mano de obra cualificada barata y dirigida por ellos, como es lo lógico). Desgraciadamente en los últimos puestos de este informe están los países de Centro y Sur de América. Añadir que España ha bajado en este informe desde el año 2000 en todo menos en ciencias.


Y porqué hablo de todo esto. Principalmente por un motivo, porque quiero formarme una opinión, personal y por lo tanto sujeta a equívocos, de dónde está mi país, España. Me gusta ser crítico y no tengo prejuicios en criticar lo malo de mi país. Pero me niego a leer y escuchar la crítica fácil sobre nuestro país, que si, tiene muchos defectos, no es el mejor del mundo y ha retrocedido creo, a donde realmente nos correspondía. España no es el mejor país y aquella peregrina idea de pertenecer al G8 no ayudó a darnos la identidad que poseemos. Pero yo creo que ni somos un país tercermundista, ni nos estamos acercando a ellos y mucho menos como he tenido que escuchar más de una vez, este no es un país de mierda. Eso si, tenemos margen de mejora y ese margen pasa por conseguir una mejor educación independiente (eh aquí una quimera) de los poderes políticos. Conseguir que las diferencias de riqueza se igualen más justamente, luchando entre otras muchas cosas por el reparto justo de impuestos y la erradicación de la economía sumergida (otra quimera). Y repito, no tengo ni idea de economía pero es lo que se me ocurre para que esto cambie a mejor.

Foto: Nacho Cembellín

Creo que compararnos con países emergentes o en vías de desarrollo es un error que insulta a ambos países sujetos a dicha valoración. En España tiene que ocurrir una catástrofe de dimensiones casi impensables y sólo posibles en un conflicto bélico para que sus infraestructuras se asemejen a países como Costa Rica, Colombia o el mismo Chile. Países que por cierto disponen de una orografía compleja y salvaje que entre otras cosas impide un progreso como el que nosotros hemos tenido pero que es también su mayor riqueza.


Cambiemos de tema. Tanto en Canadá como en el sur de Chile he tenido contacto y he podido conversar con etnias indígenas de dichos lugares pero jamás tuve la oportunidad de poder compartir y convivir varios días con uno de ellos. En esta ocasión tuvimos como guía en todo el treking del Chirripó a un indio cabecar llamado Roy.



Roy es el mayor de seis hermanos y quiere ser lo que aquí llamaríamos guarda forestal del Parque Nacional del Chirripó. En Costa Rica para ser guarda forestal debes completar unos estudios que Roy no tiene, al menos certificados. Y lo digo porque posiblemente Roy conozca y entienda a la perfección el lugar donde nació. Aunque Roy ya no vive en Sitio Hilda, el poblado indígena donde nació, sino en San Gerardo, lugar de donde partimos e iniciamos nuestra ruta. Fue enseñado por su padre el cual murió hace unos años, para poder desenvolverse en el lugar en el que nació.


Tengo que confesar que convivir con él me ha marcado de alguna manera. Como decía nunca antes había tenido un contacto tan prolongado. Aún no he viajado por África ni por otros países donde es normal disponer de servicios de etnias locales. Etnias que ven en nuestro contacto una posibilidad de conseguir un dinero extra por encima de sus posibilidades normales. Roy suele ganar unos 40.000 colones al mes en sus distintos trabajos normales que vienen a ser unos 60 € al mes. Roy por el servicio que nos prestó durante cuatro días, cobró 200 dólares más propinas, manutención y regalos varios.


A día de hoy todavía sigo pensando e intentando digerir lo que he vivido. Mi impresión sobre como vive una etnia que por otra parte lucha por mantener su identidad sin la contaminación del mundo moderno.

Los cabécares son junto a los bribris la etnia con mayor cantidad de individuos en Costa Rica. Conforman uno de los pueblos con mayor diversidad cultural, pues practican casi todas sus formas tradicionales de vivencia: poseen medicina natural, danzas, cacería, pesca, tradiciones, cultura, religión e idioma propios.


Y no estamos hablando de unos indios cualquiera. Se calcula que los cabécares al menos llevan 3.000 años en Costa Rica. De echo, durante la época precolombina, los cabécares lograron establecer en Talamanca (actualmente es una reserva) el más fuerte e importante de los cacicazgos del Atlántico del país, en el cual se asentaban distintos grupos indígenas con lenguas de la familia viceítica, una rama de las lenguas chibchas: ateos, térrabas, viceitas, urinamas, aoyaques, terbis y los mismos cabécares. En la época de la conquista de Costa Rica, Talamanca fue el único cacicazgo que no logró ser conquistado en su totalidad por los españoles, de modo que esta región se convirtió en zona de refugio para muchos aborígenes que escapaban del dominio español. Durante el siglo XVII, Talamanca fue importante escenario de rebeliones indígenas, encabezadas por líderes cabécares como Guaycorá y Sumamará, que incendiaron la ciudad de Santiago de Talamanca en 1610, o Comesala, quien junto a Pablo Presbere encabezó la revuelta indígena más importante de la historia colonial de Costa Rica en 1709.

Texto extraído de la Wikipedia.


Desde luego el pasado es impresionante. Pero la realidad actual no es tan romántica. O al menos esa fue la impresión que yo me llevé. Y es que la civilización cuando llega no llega de la forma que debiera. Quizás mantener una identidad sin tener en cuenta la realidad actual, no es lo mejor. El progreso no debe ir reñido con la identidad pero si no te subes al tren, el rebufo te echa a la cuneta. Y lo demuestra la endogamia más que evidente en algunos de los críos que nos hemos encontrado. Niñas de catorce años con un par de hijos. Una escuela para un valle donde las distancias se miden en muchas horas de desplazamiento y que por lo tanto con un servicio más que dudoso. Médicos que sólo pueden acudir y por sus propios medios, que son a caballo o andando, haciendo visitas una vez por mes y gracias. Y una alimentación pobre y reducida pues no pueden en teoría explotar los recursos del Parque Nacional donde habitan. Y digo en teoría puesto que en todo el treking de 100 km que hicimos tan sólo vimos una boa constrictor y decir esto en un país como Costa Rica, donde te despiertas con los gritos de los monos aulladores o debes tener cuidado de donde te bañas, no sea que un caimán se enfade, es casi increíble que no veas ni pájaros en tres días con sus noches.



Y es que la idea romántica del buen indígena no se sustenta por ningún lado. Cualquier persona en este planeta lucha por su supervivencia, y lo que para ti puede ser una atrocidad, para otros puede ser una necesidad. Para lo que a una nación es un reclamo turístico y de divisas, para otros es su forma de subsistir. Por estos y muchos otros detalles, tampoco se les puede medir con la misma vara moral. Hay que entender para poder juzgar y yo a penas he podido tener contacto con tres personas de esta esta etnia.


Cuando viajé a la Isla de Vancouver pude ver como los indios Kwakiutl vivían en poblados fuera de las ciudades canadienses. Al contrario que en Costa Rica, los indígenas Canadienses tienen de por vida un subsidio social con el cual en cierto modo se pretende acallar la multitud de terrenos de los cuales han sido desposeídos. Sin embargo, este subsidio y la poca tolerancia al alcohol por parte de los propios indios, ha conseguido que estas poblaciones tengan unas tasas de alcoholismo y problemas sociales de violencia (violaciones y maltrato infantil y sexual) impropios de un país como Canadá. Digamos que finalmente el estado canadiense gira la cabeza y oculta la vergüenza con dinero. Es triste que un país tan avanzado y que se autodenomina tolerante y amante de la naturaleza, no sea capaz de que sus pobladores originales no hayan sabido adaptarse a los tiempos actuales.


Sin embargo, si los Kwakiutl no les va del todo bien,  peor les va a los Yaganes. En 2004 estuve cerca de una semana en Puerto Willians, que es el asentamiento humano más austral del planeta y perteneciente a Chile (Usuaya, la que dicen ciudad más austral del planeta, es Argentina y  está unos 50 km más al norte). Allí tuve la suerte de conocer a Cristina Calderón, la última representante del pueblo Yamán. En el 2011 cumplió 83 años y no se si aún seguirá viva. Ella era la última de su pueblo que aún conocía su lengua y con su muerte, esta se perderá. Cristina entre otros reconocimientos, ha sido oficialmente declarada Hija Ilustre de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena. También ha sido reconocida por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile como Tesoro Humano Vivo, en el marco de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial, adoptada por UNESCO en 2003. Asimismo, ha sido nominada entre las 50 mujeres protagonistas del Bicentenario de la República de Chile.[1]  Texto de la Wikipedia.
 
Estos indios fueron celebres pues fueron descubiertos por la tripulación del Beagle en la que iba al mando el Capitán Fitz Roy y que tenía como biólogo nada más y nada menos que al mismísimo Charles Darwin. Actualmente están practicamente desaparecidos y como digo, con Cristina gran parte de su cultura se pierde para siempre. El propio Fitz Roy y con su intención de civilizar a este pueblo fue el que sin quererlo, comenzó su debacle.



Quizás estos tres ejemplos sean un ejemplo más o menos similar a todo lo que debe ocurrir con el resto de indios del continente americano. Y observandolos, los cabecares son los mejor parados en conjunto, quien sabe. Lo que si creo es que cualquier actuación desde el lado de la civilización, ha hecho siempre más mal que bien, por muy bien intencionado que ésta sea.



Foto: Nacho Cembellín. Rana Blue Jeans macho, con un renacuajo en su espalda al que transportará a algún lugar con agua encima de alguna planta con el resto de los renacuajos. Su color indica que es venenosa, veneno que consigue gracias a su alimentación. Hormigas y garrapatas.





Foto: Nacho Cembellín


Quizás mi mejor foto de toda la carrera.




Foto: Nacho Cembellín. Subespecie de boa escondida a la espera de algún colibrí.



Poblado Cabécar. Fue imposible poder visitar alguna de las casas y mucho menos fotografiar indias, las cuales se escondían en cuanto nos veían con intención de fotografiarlas. En la casa central, si se amplia la imagen, se puede observar una familia.

Foto: Nacho Cembellín. Playa del parque nacional de Corcovado, quizás el parque más espectacular de Costa Rica y según National Geographic, es el lugar más intenso, biologicamente hablando. Se estima que no hay ningún lugar de planeta con una extensión similar, contenga tanta biodiversidad. para mi uno de los lugares más impresionantes que jamás he visitado.



Foto: Nacho Cembellín. Cola de ballena jorobada en Corcovado, lugar donde crían.






Y esto no es todo. Costa Rica es mucho más, tanto que merece mil visitas. Por su riqueza natural, su gente y porque qué voy a decir yo que siempre me han mimado en las dos ocasiones que he estado.