Sexo

Es tanta la información que el post anterior me ha brindado que francamente, no tengo tiempo ni de escribir. Que si blogs de ciencia, cine, personales, sexo... y aquí es dónde me he quedado alucinado. Bajo seudónimos, enmascarados por nombres y sexo ambiguo la gente escribe y cuenta sus vivencias disfrazadas de fantasía... o quizás no.

El caso es que me he dado cuenta lo poco transparentes que somos en lo referente a temas sexuales. Es más, lo que realmente he descubierto y de esto ya hace tiempo, es que entre hombres no se habla de sexo, se habla de lo que se quisiera hacer o de lo que gustaría más bien ser. Sin embargo, este tipo de conversaciones es mucho más fructífera cuando la tienes con una mujer, sin tener que ser ésta tu pareja.

Los que me conocen han sufrido más de una vez mi descaro a la hora de no tomar en serio estos asuntos, digamos "tan personales". Y es que creo que en asuntos sexuales lo más inteligente es no dar importancia a lo que realmente es lo más importante de nuestra vida pues es el sexo el que da sentido precisamente a tu propia existencia. Podréis pensar que soy un exagerado y que quizás esté obsesionado, pero no, lo que digo lo hago en función a mi observación.

El otro día leí, seguro que en algún blog, que el mayor elemento diferenciador del ser humano respecto al resto de especies animales era el comportamiento sexual. Explicaban que la mujer posiblemente fuera la hembra animal más masculinizada de todas las especies basadas en géneros. Ausencia de celo, falta de señales que indiquen el momento de mayor fecundidad y la posesión del orgasmo, cualidad que muy posiblemente no tenga ninguna otra hembra de cuantas especies similares a nosotros conocemos. Estas particularidades parece ser, no tienen más cometido que actuar como base de actuación y unión en las relaciones sociales del ser humano... vamos, que el éxito como especie se debe en gran medida al comportamiento sexual de dicha especie y como veis, nosotros, en concreto vosotras, os lleváis la palma.

Una vez más se confirma el hecho de que ellas son mucho más complejas y nosotros mucho más básicos. Lo jodido y aquí es dónde me sorprendo, siendo más básicos somos mucho más patanes y acomplejados en general que la reina de la evolución, como diría Desmond Harris. Y aquí empieza el meollo. Cuando hablas con un amigo de sexo, a lo más que te llevarás como conclusión es de lo bueno que es en la cama, de lo grande que la tiene y de que él rara vez tiene problemas. A lo sumo alguno te reconocerá que alguna vez jugó con su ano y que no por ello creyó ser homosexual. Pero ni se te ocurra hablar de temas tabú, tipo gatillazos, falta de deseo o gustos personales pues de inmediato la conversación se personificará en ti y en que esos problemas los sacas por que sólo tú los tienes, cuando no te insinúan que eres maricón. Se dio un hecho curioso cuando preparaba mi primer Iron Man. Quizás por desconocimiento y por excesivo entusiasmo entrené cómo nunca lo había hecho, por lo que rondé continuamente el temido sobre-entrenamiento. Como muchos sabréis, uno de los síntomas es la falta de deseo sexual debido a la destrucción continúa de testosterona. Preocupado, comenté abiertamente entre los que preparábamos la prueba mi situación, lo único que recibí fueron burlas y jactancias de su increíble potencia sexual. Curiosamente, tiempo después la que en aquel entonces era novia de uno de los miembros de dicho reto, se quejaba abiertamente del escaso, por no decir nulo, número de contactos sexuales en cuanto se acercaban los periodos más duros de carga de entrenamiento. Pero si este hecho fue sorprendente, más lo fue la respuesta de mi médico de cabecera, transcribo la conversación:

- Estoy un poco preocupado últimamente, a penas tengo deseo sexual y no sé si me estoy pasando con los entrenamientos (explica tú que preparas un Iron Man a un doctor que no sea David) o es que me estoy haciendo mayor.

- Cuantos años tienes??

- 36

- Eres muy joven. Tienes pareja???

- Actualmente no.

- Pues ya está hombre, ya verás, cuando vuelvas a enamorarte no dudes en que tu deseo volverá a su lugar.

Por un momento creí que me había equivocado y que en vez de una consulta estaba en un confesionario con el párroco de turno.


Vivimos quizás en la sociedad que más uso y abuso ha hecho del sexo. Disponemos de él por doquier, explicita en implícitamente, y cómo fuente de deseo en la mayoría de los casos, en forma de mujer. Actualmente tanto ellas como nosotros debemos ser unos artistas en la cama. Hemos pasado de hacer el amor con una sabana y un agujero en el medio, a insinuar que si no sabes hacer el helicóptero y no has participado como mínimo en una orgía no eres más que un paleto sexual. Ni que decir tiene, que el éxito está en el número de los orgasmos conseguidos en vez de la calidad de los mismos. Ahora nadie se extraña si tod@s nos rasuramos, más bien te sorprendes si ves un matojillo. Experimentamos más y quizás disfrutemos más aunque quizás condicionados por el porno más que por el sexo real. Por lo que seguimos siendo igual de machistas y no somos capaces de hablar abiertamente y sin tapujos de los problemas que TOD@S en algún momento hemos vivido. Hemos aprendido a dar cachetes a lo Nacho Vidal y cuando no follas como él, es que algo va mal. Y mientras tanto, ellas, como siempre se han adaptado pues seguimos sin escuchar lo que les gusta. Pensamos que con meterla y aguantar mucho vale, y no, no es así. Y ellas han tomado en muchos casos un roll más masculino que sensorialmente femenino. Quizás ocurra que siempre debiera haber sido así, pues como decía al principio lo que si parece claro es que sexualmente las hembras humanas son poco femeninas.


En cualquier caso, equivocad@s o no, hay que reconocer que las mujeres en general, a poquito que hayan logrado liberarse y explorar un poco su sexualidad, nos aventajan por goleada. Primero porque se dejan llevar y se entregan con menos prejuicios que nosotros. Quizás este hecho es motivado porque ellas pueden disimular mejor y son poseedoras de un ego fuertemente arraigado gracias a las constantes muestras de deseo en las cuales, desde niñas son sometidas, por supuesto generalizo y sobretodo elucubro. Pero es que además la naturaleza parece que la ha dotado de todas las herramientas necesarias para disfrutar sexualmente. Tienen orgasmos diferenciados, clitoidales y vaginales, mucho más intensos y duraderos que los nuestros y con una recuperación fisiológica mucho más rápida que la masculina. Conocen y controlan mucho mejor multitud de zonas erógenas fuera de su órgano reproductor y si esto fuera poco psicológicamente también son más dotadas, con mayor capacidad de abstracción y deshinibición. El hombre propone y ellas disponen y si es al revés la mayoría de los hombres se sienten inseguros. Y mientras tanto yo me pregunto, porqué nunca he aprendido nada de una conversación con otro hombre. Porqué algo tan común, placentero, imprescindible e insustituible sigue siendo un tema tabú. Aunque pensandolo bien, sino lo fuera no sería tan atrayente.