Ciclismo en estado puro...

... o al menos eso me pareció a mi.



El sabado quedé en Castellón con una grupeta formada por ciclistas aficionados y triatletas. El primer cambio importante es la hora de quedada, a las ocho de la mañana, A LAS OCHO DE LA MAÑANA!!!!, con dos cojones. Cuando la noche anterior me lo dijeron pensé: querrán la carretera para ellos solos???, pues no, resulta que es la hora en la que una gran cantidad de ciclistas quedan en las inmediaciones de la estación de RENFE de Castellón. Primera muestra de la gran afición que hay por esta zona. Presentaciones rápidas y a las ocho y tres minutos, puesta en marcha, otro detalle, la gente es puntual. Iniciamos la ruta junto con un club formado por ciclistas populares pero de los que nos separamos antes ya de haber salido de Castellón.



Salimos por un carril bici un tanto descuidado pero como descubriría más tarde, innecesario por el lujo de carreteras comarcales que allí usan. Así pues tomamos camino la CV-10 dirección San Mateo. Victor y Sergio llevan la voz cantante, guiando el grupo a un ritmo tranquilo. En estos primeros km charlo con un ciclista veterano el cual me pone al día de las virtudes de quienes nos acompañan. En este momento debemos ser unos 10 o 12 ciclistas los que formamos la grupeta pero llegado a un momento, no recuerdo muy bien por qué, empiezan a darse relevos en cadena. Coño!!! que guay!!!, hace mucho tiempo con la grupeta del Canal lo había hecho y me encantó. Como hacía bastante aire en contra de esta forma lograbamos marchar a buen ritmo, eso si, ritmo increchendo qe va mermando los relevos hasta q por fin quedamos tres de los siete que inicialmente empezamos a darlos.

Y es aquí dónde empieza lo bueno, porque de repente nos metemos en una carretera comarcal que nos sube a un pequeño puerto. Empezamos la subidad y como la cuesta subimos el ritmo. Aquí no hay problemas de meter rueda, aquí el que quiere arrea y el que no se queda atrás que luego ya nos volveremos a juntar. Cómo ya sabeis, uno que es un valiente se lanza al trapo q da gusto y como buen toro acabé incando los cuernos contra la arena. A 185 pulsaciones decidí parar por lo que quedara por venir y lo que quedaba por venir era aun mucho más divertido.

Despues de una pausa con bocata de tortilla incluida quedaba la vuelta a casa. Despues de una corta calma, empezamos a disfrutar de todo tipo de escaramuzas como diría un buen reportero televisivo. Ataques en repechos, pequeñas escapadas, esprines, neutralización de escapadas, en fin, lo más parecido a lo que puede ser un ensayo de una carrera real.

Pero además hay que destacar que las carreteras de Castellón tiene un asfalto fabuloso y que a priori, ya veremos los siguientes fin de semana que me acerque, los automovilistas parecen más comprensivos que los madrileños.

En definitiva, mucha aficción y mucha diversión. Y lo mejor, que al llegar al final quién estaba esperandome????.... mi niña. Sólo le faltó el ramo de flores y ya me habría creido que acababa de correr una etapa del Tour ;). Dentro de nada podré empezar a nadar tb en el mar, con lo que los fines de semana en Benicassim se acercan a la perfección.