jueves, 15 de noviembre de 2012

Yosemite... una vez fue un sueño.


Los sueños dejan de serlo al cumplirse. Pero no he dejado de soñar con Yosemite desde que regresé a Madrid. Yosemite es de esos lugares en los que un día tenía que peregrinar, El Gran Capitán, Half Dome y sobre todo, Ansel Adams... Ansel Adams, a penas contaba 18 años cuando una exposición en Madrid me enseñó un genio que en escala de grises y sistema de zonas me mostraba lugares a los que un día querría viajar.


Luego vendrían documentales en la dos, incontables artículos de National Geographic, lecturas en Barrabes, revistas de escalada y el descubrimiento en Canadá de esa gran cadena montañosa que son las Rocosas, aumentaban mi deseo. Y por fin hace 20 día, cumplí un  sueño que curiosamente no dejo de recordar cada noche mientras duermo una vez regresé a Madrid..

Llegué a Yosemite temprano, la luz entraba en el valle de Yosemite y los contrastes eran aún muy marcados. Aprendices de Ansel Adams buscaban cargados de sus ligeras cámaras y sus enormes trípodes, imágenes que antes el genio ya había inmortalizado en blanco y negro. Adams junto a Archer crearon una técnica, llamada sistema de zonas la cual de alguna manera se sigue empleando hoy en día en la fotografía digital. En cierta forma, el Sistema de Zonas juega el mismo papel que la gestión del color para los fotógrafos digitales. Permite una correlación directa entre el mundo visual y la copia fotográfica final. Eso si, con sus limitaciones. Los sensores actuales como el papel fotográfico actual disponen de un rango tonal muy limitado, mientras que el Rango Dinámico, que así se llama, del ojo humano se mueve entre valores de 1 a 1.000.000 desde la máxima oscuridad en la que puede ver hasta la luminosidad mayor capaz de tolerar. Los papeles fotográficos actuales se quedan en un intervalo de 1 a 512. Es interesante señalar que en los inicios de la fotografía los papeles ofrecían escalas mayores. En contra partida, presentaban una respuesta mucho menos rápida a la luz. Esta realidad explica porque hoy en día, aquel que tiene la suerte de poder observar una copia de aquellos fotógrafos de mediados del siglo XX descubre con asombro como aquellas imagenes tenían mayor calidad que las actuales. Porque si, la fotografía se ha democratizado y se ha hecho más popular, pero también, al menos eso creo yo, se ha hecho mucho menos profesional.

Y así fue como por fin me decidí a utilizar una técnica muy popular hoy en día y que hasta ahora no había usado, el HDR o Alto Rango Dinámico. Había dos problemas, el primero mi pereza para realizar pruebas sin imagenes que me motiven. Disfruto haciendo fotos, pero me aburro si lo que fotografió no me atrae. Por eso más de una vez el primer ensayo ante una novedad es en campo y ante una situación real. Evidentemenete esta manía tiene sus pegas. La segunda, esta técnica es proclive al abuso y a que se note demasiado su realización. Por lo que mi intención es que no se diferencie entre un toma con o sin HDR dentro de lo posible y de mi pericia.

Pero sigamos con Yosemite. La parte más famosa del parque es su valle, área que a penas ocupa un 1 % del parque y que tiene un marcado tono glaciar debido a que fueron estos quienes lo formaron. Por lo que el mismo sorprende al visitante poco acostumbrado a estas formaciones, su amplitud y llanura. EL Gran Capitán, que obstenta el record de ser el acantilado granítico más alto del mundo, sus cascadas (las cuales en el mes que visitamos estaban secas) son las más altas de EEUU y las terceras más altas del mundo y el Half Dome forman un valle mágico con multitud de rutas pensadas para ser visitadas a pie (1.300 km de senderos marcados para hacer a pie por tan solo 24 km para realizar en bicicleta y además asfaltados). Y es que Yosemite, que es patrimonio de la humanidad, tiene reconocido el 95% de sus estensión como territorio salvaje.

Ante tal inmensidad y la sola disponibilidad de dos días, optamos por ver lo más destacable, el valle, Mariposa Gove y Glaciar Point. Dejaríamos para el viaje de camino a Deaht Valley el cruce y la salida del parque por su lado norte y disfrutar así de una de las carretera más bonitas del mundo y de las que mejor se puede disfrutar de paisajes de alta montaña a altitudes por encima de los 3.000 metros.


Con lo que no contaba era con la dama de la noche nos haría una visita en su máximo esplendor iluminando espectacularmente las blancas rocas de granito del Gran Capitán.


Quizás no lo apreciéis bien pero las luces que se ven en la pared son de escaladores que se disponen a descansar a la espera del alba y así continuar su ascensión.












Si bien las secoyas de Mariposa no son las más grandes, son tan magníficas y nosotros tan pequeños que su visión impresiona. Es imposible hacerse una idea de su tamaño a no ser que las veas, las toques, las sientas. Algunas están allí mucho antes que un tal Cristo creara una nueva era y ahí seguirán, mucho después que el aquí vive, deje de pasearse por este maravilloso y variado planeta.

















Es curioso, ahora, en la distancia y en el recuerdo, reconozco que la primera impresión del parque me decepcionó. Era tan grande la espectativa que no fui capaz de entender realmente su magnitud. Fue con el paso de las horas, la visión de los coyotes, de las papeleras y estacionamientos a pruebas de osos. De la visita fugaz de un bod cat, de las increíbles postales de ensueño y de su descomunal tamaño. Lo que poco a poco me hizo disfrutar como aún sigo haciendo en su recuerdo. Soy así de simple, el espectáculo de la naturaleza me sobrecoge más que ningún otro y si este además es un exponente de su mayor esplendor, entonces vivo en una nube.


3 comentarios:

davidiego dijo...

Qué bonito!
Qué preciosas las estrellas!

macnacho dijo...

Soy así de simple, el espectáculo de la naturaleza me sobrecoge más que ningún otro..."
Acabas de definirme.

Creo que te conocí en el Ecotrimad, pero he llegado a tu blog a través de Atalanta.
Haces unas fotos de miedo, que lo sepas. A ver si se me pega algo.

Si no tienes inconveniente, te enlazo en mi blog macnacho.wordpress.com

Un saludo.

Nacho Cembellín dijo...

Eso es un cumplido Nacho, muchas gracias. Si fuiste a Ecotrimad es muy posible q nos viéramos. Buena carrera y buenos amigos quienes la organizan.

David, un placer tenerte siempre por aquí.