Y yo, yo quién era??. Por aquel entonces había alcanzado la treintena y lucia una medía melena rizada que unida a una barba aparentemente descuidada descubría una dejadez estudiada pero cómoda. Harto de años de traje y corte clásico después de que la crisis del 2008 me mandara a la calle de una patada del bufete de abogados, había dejado que mi aspecto adquiriera el reflejo de mi espíritu el cual creía yo, era pendenciero un tanto aventurero y con un toque romántico. El despido me había supuesto una pequeña indemnización por los años prestados de mi juventud, el cual después del desconcierto en el que me vi fue utilizado para la creación de una pequeña empresa dedicada al turismo de viajes de expedición. El negocio no daba para mucho pero si lo suficiente para sobrevivir y para viajar por la cara a lugares que de otra forma no me podría permitir.
Tras el despido también perdí a lo que hasta entonces había sido mi relación más larga. Una mujer de sinuosas curvas, negra melena y desmedida ambición. Escritora y critica literaria, habíamos crecido profesionalmente juntos desde tiempos de la facultad. Años intensos y un poco sin razón en los que me dejé llevar por un mundo que no era mio y al cual llegué a aborrecer. Pero como siempre, la cabra regresa al monte y poco a poco fui desapareciendo de fiestas, presentaciones de libros y estreno de películas para escaparme a la montaña, hacer pequeños viajes y vivir el cine y la lectura sin estrellas ni egos a la misma altura. Quizás la culpa no fuera de ella, sencillamente no eramos parecidos. Por lo que después de platos rotos, mil y un reproches, reparto de bienes y el agredecimiento de no haber tenido hijos, me quedé con el perro, la moto y la libertad de ahora si, hacer lo que me viniera en gana.
¿¿¿Quién es la que está sentada con aquel muchacho???... ¿la morena?... coño!!, sino hay más tías que yo sepa, claro... con medía sonrisa y mientras coge el trapo de la barra me mira y contesta: es nueva en el barrio, creo que es periodista y trabaja en no se que canal de televisión. Creo que sale en el telediario, ya sabes, de esas que hablan desde el lugar de la noticia. No llegaba a los treinta, no muy alta pero bien proporcionada. Su rostro mostraba sensualidad, boca grande y labios gruesos, ojos negros de largas pestañas y una nariz un tanto aguileña que le daba una personalidad fuerte, no era guapa aunque mucho menos fea. Gesticulaba con seguridad y miraba a su interlocutor con una mirada casi inquisitiva. Y en eso que yo la observaba, de repente fue ella quién me miró a mi. Fue tan directa y tan inesperada que desvié la mirada inconscientemente. No fue una mirada agresiva, más bien pareciera que sabía que yo la estaba observando y tenía curiosidad por el hombre que apoyado en la barra bebía una cerveza.
5 comentarios:
ya nos contarás si te enteras de quién es él y devuelves la mirada.
¿y esta historia, de dónde ha salido?, ¡¡me gusta!!. por cierto, después de mucho tiempo hoy me arranqué de nuevo y escribí un poquito, por si te apetece leer algo verídico... ;O)
un besazo!!
¡¡qué chulo el relato!! esto del tiempo libre ejercita mucho la mente
¿era la misma cerveza del 5 de agosto?....
Me voy a perder el final ... ahora tendré que buscar un internet para ver como va.
Bueno pues toca a despedida vacacional, que te termines de recuperar requetebien y seguimos en contacto. Disfruta todo lo que puedas. Hasta la vuelta me piro mañana....
Un besazo guapete
Tengo tres toneladas de piedrecitas en la puerta de mi casa esperando a ser esparcidas por mi jardín. ¿Todavia te queda un brazo, no?
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