domingo, 23 de mayo de 2010

Haciendo arte.

Shang Yue me decía en el anterior post lo que sigue: admiración por el esfuerzo pero...prefiero quedarme en el lado artístico de la ruta, soñando las imágenes y recreando las emociones.
A veces he pensado que esto del deporte no ha cambiado tanto desde su invención por parte de los griegos. Como quizás sepáis, lo juegos olímpicos en su inicio, en su inicio hace ya unos milenios, no sólo era el mejor el que corría más rápido o saltaba más lejos sino que la belleza con lo que lo ejecutaba contaba y mucho para la victoria final del atleta. Y es que quizás sin quererlo, la armonía en la ejecución de un disciplina deportiva también muestra al campeón. Digamos que la perfección, la dotación y el genio crean sin esfuerzo, arte. Y así me vienen a la memoria grandes atletas que hacían fácil lo difícil a la par que bello. Jugadores de fútbol como Zidane, de baloncesto como Michael Jordan o velocistas como Carl Lewis no solo eran los mejores sino que su forma de hacer eran increíbles expresiones artísticas, sin duda creaciones de genio.
El resto de mortales, menos dotados en lo divino y sobretodo en lo humano, de forma más torpe quizás pero de igual manera intentamos emular o mejor crear un estilo propio que nos caracterice y que nos distinga del resto a la hora de expresar nuestra pasión. Y para ello con más o menos gracia lo adornamos. Es en este apartado donde el triatleta se lleva la palma, conjugando y arriesgando en la indumentaria y en su caballo de batalla, la bicicleta.
Creo que aunque inconscientemente, el deporte es una expresión artística más. Sutil, torpe en muchos casos pero expresión. No solo corremos o montamos en bici, buscamos hacerlo eficiente y en consecuencia elegante, fluido y a compás de ritmos que nos lleven a victorias que en la mayoría de los casos no es sobre los demás sino sobre nosotros mismos.
Y es que quizás el deporte aune en estos tiempos que corren, muchas tareas que en otros tiempos se antojaban evocadoras de sueños y de gentes de miras más altas. Auna esfuerzo, aventura, arte y sobretodo ilusión y pasión desmedida. Lo grande es que cualquiera, en sociedades como la nuestra, puede por un momento sentirse héroe, artista y un tanto diferente por colgarse un dorsal y alcanzar un reto que el resto de los mortales cuando menos creerán difícil de conseguir.

4 comentarios:

Mildolores dijo...

Pobre Emil Zatopek, el artista del deporte peor valorado de la historia. Y es que con su aparatoso correr era angustioso verle y oirle (eso dicen lo que le escuchaban a pie de pista) pero ahí está. Para mi uno de los mejores. Inigualable y sacrificado como pocos.
Pero belleza, lo que se dice belleza, pues... tus fotos, por ejemplo.

Rachel dijo...

Expresión artística? algunos privilegiados nada más, vienen a mi mente grandes y elegantes deportistas cuyos movimientos a la vez que su cuerpo son un compendio de excelencias.
En el deporte de "a pie" priman más los tiempos, el ser "el más" o el "mejor que", más que en depurar una bonita y efectiva técnica.
Buen post, interesante reflexion.

Atalanta dijo...

Es indudable la fuerza estética de la imagen de de un triatleta bien cuadrado en su bici.
Yo toda la vida he jugado a baloncesto. Algunos años también entrenaba a chavales. Yo siempre les decía que aunque no tengas ni puta idea, a un deporte como el baloncesto hay que jugar con estilo, con chulería. Es parte de su espíritu.

Perséfone dijo...

Gracias por tu reflexión.

Si te soy sincera, jamás se me había ocurrido parame a observar el deporte a través de la lente delo artístico.

Al menos no en los tiempos que corren...

Un saludo.