Somos como somos.

Al hilo del último comentario que me ha dejado Davidiego inicio un nuevo post de estos que me gusta llamar, "reflexiones gratuitas". Más que nada por que no soy un experto en nada y aunque de lo que aquí hablaré está documentado, no creo que mis fuentes sean un referente esencial para cátedra alguna. Así aclarando esto, vamos a ver que sale.

Cuando eres niño, una de las primeras cosas que aprendes es que tu comportamiento puede alterar para tu beneficio, la actitud de los que te rodean. Este hecho te enseña tu propia individualidad y el poder que puedes ejercer hacía los demás. En esos primeros momentos, la manipulación que ejercemos hacía nuestros padres, hermanos y familiares o gente cercana en general es relativamente fácil, pues de manera instintiva el grupo protege y mima al miembro más débil del grupo. Creando así un pequeño tirano que refuerza su propia auto estima y concepto de ser único y distinto.

Es la educación y la madurez la que poco a poco te va enseñando que ni eres tan distinto, ni eres tan único y por supuesto aprendes que manipular a otros para tu beneficio puede implicar más problemas que atajos en tus esfuerzos. Lo triste es que algunos nunca dejan de ejercer esta manipulación pero eso es otra historia.

Resulta que, como casi siempre y más en el último siglo y medio, los científicos han logrado explicar, más o menos acertadamente, quienes somos, porqué somos así y porqué con unos si nos entendemos y con otros.... pues como que cuanto más lejos mejor.

Hay un hecho, parece que cierto, el cual determina que tipo de hombre suelen elegir las mujeres dependiendo del cociente resultante entre el dedo índice y anular midiendo la razón (división) entre la longitud del dedo índice (2) y el dedo anular (4). Y esto parece ser que se debe a que los niveles de estrógenos y testosterona prenatales están positivamente vinculados con la sexualidad. Así pues una mujer con el dedo anular más largo (no quiero bromas calenturientas) buscará hombres con características similares. Características que por otra parte diferencia las aptitudes académicas. Según científicos ingleses, los niños con el dedo índice menor y anular más largo, tienen mayor habilidad para las matemáticas, ciencias, en definitiva tienen más aptitudes relacionada con la inteligencia espacial y los niños con un cociente resultante menor y mayor igualdad entre los dos dedos, destacan en letras y lenguas.

Así pues y de un plumazo. Han logrado explicar porqué unos estudiamos ciencias y otros letras y porqué nuestras parejas tienen características similares. Por cierto, recuerdo la primera vez que oí hablar de esta particularidad en el programa de Redes. Eduardo Punset centró el reportaje casi totalmente en la elección de pareja según esta característica a excepción de un experimento en el cual se vaticinaba quién ganaría una carrera de 1.000 metros mirando previamente el resultado de dicho cociente entre todos los corredores de una final de competiciones universitarias en EEUU... parece ser que además de tener facilidad para las matemáticas, también son más rápidos... ale, a mirar todos como tenéis los deditos en vuestras manitas. ;).

Ya sabemos porqué gustas más a un tipo de mujer que a otro y que tipos de hombre te suelen atraer, pero, porqué me llevo también con algunas personas y con otras es imposible ni siquiera entenderme. Qué nos diferencia tanto, que nos hace tan inseparables o tan irreconciliables. Evidentemente, una sola respuesta no puede explicar tantas variantes como personas, culturas, condiciones sociales, edades y experiencias personales hay pero si podemos entender porqué hay personas que "químicamente" nos atraen y otras no.

Y de nuevo encuentran la respuesta en la química de nuestro cerebro. Por lo visto los niveles de serotonina o dopamina determinan que tu temperamento sea sanguíneo o colérico para el primer neurotrasmisor y flemático o melancólico para el segundo. Al parecer ninguna persona cumple al 100 por 100 las características de un temperamento y por lo general destaca en uno de los cuatro combinado con un segundo en menor porcentaje. Ningún temperamento es mejor que otro pero si existen afinidades y desavenencias entre ellos y ese puede ser el motivo de porqué nos entendemos o no. Y si todo esto no fuera poco, además el carácter es finalmente formado por nuestro C.I. y nuestra educación. Se supone pues que a mayor educación e inteligencia, mayor control y rendimiento sobre las características de nuestro temperamento. En la siguiente página podéis descubrir qué temperamento sois y con quienes os entenderéis mejor o peor: http://www14.brinkster.com/sdec/temperamentos07com.htm. También podréis leer sobre ellos en libros como "Tú inteligencia, cómo entenderla y mejorarla" de Alejandra Vallejo-Nágera.

Independientemente de lo acertado, científico y cierto de estos estudios, no deja de ser curioso como nos empeñamos en medir, diferenciar y explicar cómo somos y porqué llegamos a ser así. Pareciera como si inconscientemente quisieramos determinar que en el fondo seguimos creyendo que somos individuos independientes y únicos en este océano social. Cuando la realidad parece ser, que lo único que indica es que somos muy similares a otros o como dijo una vez Davidiego, formamos parte de una tribu (ya lo dijo Desmond Morris, seguimos siendo animales tribales a pesar de vivir en sociedades gigantescas), pero que por la inmensidad de gente que hoy vivimos acinados quizás estemos desperdigados. Por eso a veces, cuando descubres una alma afín o similar te emocionas y te sientes aunque menos único un poco menos solo.