jueves, 3 de enero de 2013

Todos somos jueces.

A veces tengo la sensación de ir contracorriente, a veces creo que no estoy en el sitio adecuado.
Quiero ponerme en la piel del redactor, jefe de redacción o periodista que por primera vez escuchó las conversaciones de un conductor del Samur con los amigos de las victimas del Samur y quiero entender, qué pensó.
Me gustaría saber si hubo algún momento en la que su mente se puso en el lugar del conductor, descontextizó la llamada e intentó imaginar el total de aquella noche y la particularidad de ese hombre y el total de su actuación.
Querría saber si por un instante pensó si dicha noticia ayudaría a resolver y corregir lo que nunca más debiera ocurrir o si por el contrario solo enturviaría más la maraña de responsabilidades. Por que no se porqué, pero dicha noticia y no es por pensar mal, me da que es la típica noticia lanzada como carnaza para crear una cortina de humo.
Sutíl espectáculo similar a los ajusticiamientos en la Edad Media. Carnza fresca donde todos jugamos a ser jueces sin pensar en los reos y las consecuencia de nuestros juicios baratos, ligeros y que duran lo que el fuelle de los Medios insufla en nuestra conciencia.



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