martes, 13 de noviembre de 2007

La vida pasa pero las personas no cambian
















Así es, este blog es como mi diario... incostante y peregrino.

Corrí Roth.... 10, 14 y fui a Canada http://picasaweb.google.com/harpete007/CanadaVancouverYRockyMountain

Crónica de Roth:

Km 36 de la maratón, me duele el psoas, no uno, los dos, me duelen los cuadrices, me duelen los pies, me duele el alma pero es ella la que no me deja parar... un poco más, solo un poco más... Diego tío, mándame ánimos, Suso, Martín, Espe, Olga, Inma, Mae, Jaime, Angel... mi gente, os necesito; casi me echo a llorar... no aún no, espera un poco más. Sigue, con dos cojones!!!, SIGUE!!!.
He descubierto que hay tantos tipos de Iron Man como personas que lo corren. El reto es simple aunque épico, ya lo conocéis, 3´8/180/42, y cada uno lo vive de una forma tan personal que lo hace propio y único. En la mano de quienes me han acompañado estará contar lo que han sentido, yo intentaré explicar lo que ellos me han hecho vivir e intentaré explicar, es más, espero descubrir, si de alguna forma esta carrera me ha cambiado.
Siempre he creído que correr un Iron Man era un asunto de gente que ha llevado al límite de lo razonable su pasión. En mi caso ha sido simplemente una progresión. El triatlón me llamaba la atención, pero correr 42 Km. después de una etapa similar al Tour de Francia y nadar una travesía, se me antojaba exagerado e imposible. Lo que pasa es que poco a poco, paso a paso, los peldaños son subidos y el reto parece alcanzable. Nunca me asustó la distancia, era la intensidad del esfuerzo y mi propia cabeza la que me hacía dudar de si algo así pudiera ser factible para alguien como yo.
Ahora entiendo que quería decir Jaime con aquello de que el día de la carrera es el día de premio por todo el trabajo antes hecho. Lo increíble de este lugar, es que la gente que allí lo organiza y lo vive lo saben y entienden a la perfección. Es imposible no entrar en la espiral de emociones, cariño y pasión que se derrocha por la organización de la prueba. Todo está cuidado al mínimo detalle, paquetes de paja en las curvas peligrosas, avituallamientos por doquier, cientos de voluntarios dispuestos a ayudarte, ningún mal gesto, todo perfectamente indicado y explicado. En definitiva, una fiesta espectacular para un día tan largamente trabajado
Siente... humedad y frescor acariciado por los rayos del sol. Cuatro mil almas pendientes de un solo detalle, murmullo sordo, tensión acumulada, el momento tan deseado está a punto de llegar, son las seis y veinte de la mañana del 24 junio del 2007, Juanvi por fin sale en busca de su sueño. La fiesta continúa. Me siento feliz, no lo puedo evitar, la sensación general es de alegría, la tensión inicial no es de competitividad y eso se respira. Quisiera que cada momento que estoy viviendo se parara y pudiera obsérvalo desde fuera. La luz reflejada en los rostros de la gente, los nervios de los que se inician y la seguridad inquieta de los que repiten. Pum!!, ya está, vamos, vamos, estira, alarga, coge agua, despacio, tranquilo, disfruta.
Cómo se puede disfrutar de algo que no sabes hacer bien?. El objetivo era salir entero y sin cansancio y bueno, aunque quizás me dormí un poco, salí bien. Los primeros pasos te recuerdan a los que quizás algún día distes para aprender a caminar, torpes y titubeantes. Tomo rumbo hacía la carpa de la T2. El frenesí que allí se respira es tal que no puedo evitar pararme a mirarlo. Mujeres y hombres juntos, desnudándose a la par sin complejos ni pudores. Los voluntarios ayudan a desnudar y vestir a quien se lo pide. Todos iguales, no hay diferencias, que grande es esto.
Imaginar que vais en un autobús. Lleváis horas sentados en él y veis pasar el paisaje de forma cansina, casi con dejadez. Veis el verde del campo, sentís como el viento mueve las hojas de los árboles, os imagináis el frió que puede estar pasando el lugareño que hace un segundo se resguardaba del frío. Imaginarlo y ahora sabréis lo que nunca sentirá quien no se desplace en bicicleta. Durante 180 km. nosotros vivimos con las gentes que salieron de sus casas para animarnos. Respiramos su aire, lo sufrimos, sentimos su calor y todo quedó impreso en nuestra cabeza. Es nuestro porque nos lo curramos Km. a Km., sin descanso, intentando cumplir todo aquello que durante meses hemos planificado probado y estudiado. 2.500 cal. repartidas a lo largo de cinco horas, nunca has de sentir sed, nunca has de sentir hambre. Ritmo de Iron Man, ritmo de Iron Man.
Solar.
He leído de todo sobre esta cuesta mítica. Somos las personas y no los retos quienes los hacemos grandes o pequeños. La cuesta no es más dura ni más larga que los puentes de Colmenar pero la intensidad de las personas que allí se congregan hacen que sólo por ese instante merezca la pena correr este triatlón. Dan ganas de bajarse de la bici y aplaudirles a ellos. Yo no lo pude evitar y subí gritando "We are de best!!!, We re de best!!!". No hace falta que os diga lo que supuso.
Kilómetro 5 de la maratón bueno, de los 42 km., que narices, la maratón, es una maratón más que nunca. Filipides corrió aquella distancia después de llevar horas o días de lucha, no la corrió fresco, la corrió débil de principio a fin y tanto fue así que murió del esfuerzo, ahora bien, se podía haber muerto en el 25 o el 30 que ya estaba bien.
Kilómetro 5 de la maratón, el piramidal no se suelta y los cuadrices me dan continuos toques, esto va a ser duro. Pero más duros han sido los dos últimos años y aquí sigo. Durante la natación y la bicicleta no planeó sobre mi mente ningún pensamiento negativo, aquí tampoco tendrán cabida. Me he prohibido pensar en nada que no suponga una ayuda para acabar, no quiero saber nada de malos rollos, no quiero pensar en lo que pudo ser y no fue. Es aquí donde las horas de entrenamiento en solitario me ayudaron más de lo que nunca imaginé. En principio había planificado dividir la carrera a pie en tres secciones, al final fui subdividiendo según se me antojaba más fácil. Los primeros 10, ahora a por el 15, el 20 es posible, si llego al 30 llego al 35 y si allí llego no me para nadie pero no andes, no andes, hay que terminarlo con honor y no hay honor sin esfuerzo
Me ocurrió algo extraño en esta carrera, supongo que a cada uno le pasarán cosas que no alcance bien a entender, en mi caso pude sentir la presencia de gente que después pude confirmar estaban pendientes de lo que estábamos haciendo. Pude anticiparme al momento en que conecté con Eduardo y le sentí antes de verle y sentí, joder!!! si lo sentí el empuje de algunos de vosotros desde casa. Ahora lo se y puedo asegurar q sin vosotros hubiera sido mucho más difícil.
Solo quedan cuatro kilómetros, tan solo cuatro. Son tantas las cosas que a estas alturas duelen que tengo embotados los sentidos. Me cruzo con otros corredores, con sus acompañantes, con público y tengo la sensación de que podría atrevesarlos. Empiezo oír a algunas personas gritar ¡bravo!!!, no se si voy a cinco a seis o siete minutos el mil, por mi mente surge la idea de caminar pero las ganas de terminar pueden más que siquiera dejar de sufrir y por fin llego al pasillo de meta. Entro en un camino azul rodeado de rostros sonrientes, me veo en una pantalla gigante mientras el spiker va cantando los nombres que van cruzado tan ansiado final hasta que por fin oigo el mío. Soy Finisher, soy Finisher!!!!!.
Han pasado tres días desde entonces. La mayoría de la gente que conozco no tiene ni idea de lo que hemos hecho y mucho menos entienden qué es y significa para nosotros. Aún recuerdo las palabras del Capi (el capitán pedales), un viejo raider que entre muchas cosas a dado la vuelta al mundo en bicicleta. Terminaba junto a él lo que fue mi primer Raid completo de dos días. Andábamos juntos (ya no había fuerzas después de 30 horas para nada más) hacía la meta y en ese espacio de tiempo le preguntaba por qué hacía cosas así, le preguntaba que le llevaba a plantearse retos tan duros. La respuesta fue simple: "cada vez que termino algo así se que puedo hacer cualquier cosa que me proponga, hay veces que se me olvida y no hay nada como hacer algo así para ponerte en tu sitio y seguir viviendo todo lo intensamente que se". Tampoco puedo olvidar lo que lloró mi amigo "El Brother" cuando después de ocho días de carrera y más de 700 km. por la Patagonia no pudimos terminar a falta de tan solo 40 km. No somos hombres y mujeres de hierro, somos personas que como dice mi amigo Beni, tenemos algo diferente que nos empuja a perseguir cruzar metas que sólo nos conduce a satisfacciones personales y propias, satisfacciones que cada uno descubrirá el día que logre ser Finisher.
Quiero agradecer a Angel cada día de entrenamiento, cada llamada de teléfono que le he hecho, cada respuesta a cada duda que le he planteado. Agradecer a Enrique a Alfonso, Eduardo y Juanvi el excelente viaje que hemos compartido. A Diego simplemente por ser como es. A Espe que nos llevó y trajo del aeropuerto y que estuvo súper pendiente las últimas semanas. A Jaime, Mae e Inma por molestarse en darnos una sorpresa en el aeropuerto. Y gracias a todos por haberme felicitado, preguntado y animado. Para vosotros son las 10 h y 14 minutos de Iron Man.
P.D.: Angel, me da q el equipo de larga va a crecer....

P.D. para Toni: 1 hora 10 para el agua, poco más de 5 h a 35 km/h de media y 3 h 40 minutos de dura maratón.

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