domingo, 11 de septiembre de 2011

Atenas


Cada vez creo más, sin entender eso si, en eso de la física cuántica. Parece ser según cuentan en los medios de comunicación y así lo corroboran políticos, expertos en economía y la presidenta del FMI, organismo por cierto el cual no sabía que existiera hasta hace bien poco, que la que nos va llevar al pozo definitivo es sin duda Grecia. La cual, inevitablemente, en pocos días irá a la quiebra y como si de nominó se tratara, caerán, Irlanda, Portugal y dos presas de caza mayor, Italia y Portugal.


Quizás por esta amalgama de datos y por los incidentes que en Atenas se venían produciendo meses atrás, cuando contábamos que viajaríamos allí cual burgueses del siglo XXI, siempre había quien nos decía que quizás no fuera el mejor momento. El mejor momento?. Cuál será el mejor momento para cualquier acción. Quizás esa sea la decisión más difícil que una persona deba tomar a lo largo de su vida, elegir cada día el mejor momento. 


Acertado o no, Atenas nos recibió sin sobresaltos y con la ayuda de varios ciudadanos que amablemente y sin pedirles ayuda, nos indicaban como llegar al hotel elegido en el barrio más antiguo y con más solera de Atenas, el barrio de  Plaka. A escasos metros de la Acrópolis, la cuna de la democracia se nos mostraba en ruinas ante un mundo que hoy usa símbolos y definiciones de aquella época con total impunidad. 



A la mañana siguiente, con las primeras luces, descubrimos una ciudad enorme de edificios de medio tamaño y blanco. El clima prometía calor, pero la cercanía del mar y el final del verano hacía soportable el paso la estancia.


Había oído decir que Atenas era decadente y sucia. Y lo que me encontré fue a una ciudad limpia, con mucha gente joven, agradable para el paseo y el disfrute del anillo de no más de cuatro kilómetros que rodea La Acrópolis y que atesora mucho más de los 2.500 años que hoy observamos.



Otros os contarán mejor que yo, qué ver y qué aprender de Atenas. Por mi parte, me dejé llevar, como un turista más, de lo que ofrecía y ofrecía mucho, una ciudad que hoy está en el punto de mira de mercados financieros, intentando aguantar en el filo de la navaja a que el especulador de turno la tire para engordar aún más sus bolsillos.















2 comentarios:

davidiego dijo...

Qué difícil es escoger el mejor momento, casi siempre acertamos..


Bonito viaje, y algo les dejarías para que se recuperaran.

Myrik dijo...

Jur, sí que se nota la crisis allí: lo tienen todo "estrozao"!!!

Ahora en serio, a mí sí me pareció que estaba sucia cuando estuve en 2006 pero, al mismo tiempo, me resultó hermosísima.

Qué viaje más chulo!
Myri.