La noche fue tormentosa, las pocas fotos que hicimos de la aurora supusieron resistir temperaturas por debajo del 0 que unido a un fuerte viento, suponía que quitarse los guantes para simplemente colocar el trípode suponía un ejercicio de concentración. Sin embargo la mente siempre es más fuerte que el físico y sólo cuando oías como el obturador se cerraba, te percatabas del frío.
Sin embargo la mañana, aunque muy fría, empezó tranquila.
Lamentable fue espejismo. El resto del día a penas paró de nevar. Por lo que decidimos marchar hacía Finlandia con la idea de conseguir mejor tiempo pues las predicciones indicaban alguna posibilidad.
Y si, más calma hubo pero totalmente nublado. Por lo que las únicas auroras que pudimos ver fue la de los coches y caminos que incomprensiblemente van a toda velocidad por estas carreteras totalmente heladas.
Por cierto, este viaje está siendo motivado por una idea que parte de un amigo, dueño del IceBar Madrid, bar ubicado a 50 metros de Tirso de Molina y que os invito a visitar para experimentar vosotros mismos lo que se siente a estas temperaturas.
3 comentarios:
Las fotos son espectaculares, ¿con que càmara y lentes las haces?
Me quedo con la penúltima ,preciosa...
Hola Es llop verd. Están hechas con una Nikon D3S y 3 opticas. 17-55; 24-70 y 70-200 todos 2.8. Bien venido.
Era una prueba Raquel.
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