Razón, la mía.

Ya lo dijo Harry el sucio: Las "opiniones" (*) son como los culos, todos tenemos una.

Quizás el bueno de Clean leyó, que seguro lo hizo, a Descartes que aunque no viene a ser exactamente lo mismo, el sentido si viene a ser del mismo origen.

No hay nada nada más equitativamente repartido en el mundo que la razón: todos creen tener suficiente.

¿Y a cuento de qué escribo esto?. Hace un tiempo, la mujer de un amigo me indicó que era una persona vehemente. Conocía la palabra pero no sabía cual era su exacto significado. Me callé y aguardé al encuentro de un diccionario para descubrir que tenía razón. Cuando te enfrentas a ti mismo y descubres algo que no te gusta, algo se suele retorcer en tu interior, inmediatamente haces ejercicio de enmienda para con el tiempo, según el carácter, volver a caer en el error. Soy así, reconozco mis errores pero no se siempre logro superarlos. Y por eso, cuando me vuelvo vehemente, la razón se apodera de mi restándole parcelas al resto de un mundo que cree en su justa medida tener la misma que yo.

Y mientras tanto he vuelto a empezar un libro que ya hace tiempo leí y que recomiendo para no caer tantas veces en la estulticia que tantas veces no convierte en necios. La inteligencia fracasada de José Antonio Marina. De su introducción extraigo un párrafo que dice así:

La inteligencia fracasa cuando es incapaz de ajustarse a la realidad, de comprender lo que pasa o lo que nos pasa, de solucionar los problemas afectivos o sociales o políticos; cuando se equivoca sistemáticamente, emprende metas disparatadas, o se empeña en usar medios ineficaces; cuando desaprovecha las ocasiones; cuando decide amargarse la vida; cuando se despeña por la crueldad o la violencia. Carlo Cipolla, que ha enunciado las leyes de la estupidez, avanza la siguiente definición: "Una persona estúpida es la que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio." Me parece insuficiente. EL asunto es más grave. Hay que incluir a las que se perjudican a sí mismas exclusivamente y, como espero mostrar, a las que perjudican a otros, aunque saquen un beneficio.

Que difícil es tantas veces no ser estúpido.

P.D.: Tan sólo es una reflexión más, no hay problema ni ha habido metedura de pata recientemente... o al menos que yo sepa ;-).

*: Rectificación advertida vía Julito. Me encanta que sigas leyendome a pesar de que me quites como amigo en el feisbuuuuk.