miércoles, 7 de mayo de 2014

Isabel Macías y Luis Alberto Marco; tanto monta, monta tanto.


Efectivamente, aquí tenéis dos reyes del medio fondo español. Subcampeona de Europa ella en Goteborg, 4º él, también en un campeonato de Europa. Dos ejemplos que quizás sean sus mayores logros aunque no son desde luego, los únicos. Creo que el enunciado de los títulos no suele dignificar lo que realmente significa poseer algo así en un deporte tan exigente y elitista como el atletismo.


Como atleta que muchos años fui, deportista popular, y ay!, cada día más y mejor,  disfruto como un enano compartiendo trabajo, risas y anécdotas con gente como Luis e Isabel, Isabel y Luis.


Victory Endurance me está dando la oportunidad de compartir momentos que en otros días fueron sueños. Chema Martinez, Lorena Luaces o el centro de alto rendimiento en Hospitalet de Llobregat me reencuentran con un Nacho  el cual hace muchos años no se atrevía con soñar grandes gestas atléticas pues era conocedor de sus limitaciones y que el tiempo y otros deportes menos exigentes, le han vuelto a, digamoslo así, hacer entender que aunque uno nunca podrá ser, si sabe disfrutar de lo que otros hacen con excelencia y virtud.


Y es que es una auténtica delicia ver correr, simplemente correr, a estos grandes atletas. Hace unos días tuve la oportunidad de hacer unas series de 400 m. con el gran Chema Martinez. Los que de vez en cuando me seguís por aquí o en facebook, sabéis que le he hecho unas cuantas sesiones de fotos, pero nunca había corrido con él. Evidentemente de cada 400 no le aguantaba más allá de los 200, pero ahí estaba Nacho, detrás de una especie de velocirrator que se mueve extrañamente de lado a lado y que su apoyo en el suelo es un extraño compromiso que a regañadientes hace, lo suyo es volar no correr.


Qué curiosa es la vida la verdad. A medida que avanzas vas aprendiendo cosas que nunca sabes cuando te serán útiles. Hace muchos años aprendí un lenguaje que parece ser que hoy por hoy, el resto de los atletas siguen usando. No es un lenguaje complejo, pero se sabe o no y no veáis como ayuda a la hora de trabajar con ellos. Tenéis que llevar el mismo ritmo de zancada, hacéis batida aquí, tú por este lado de la pista y tú… ese tobillo, si bates mejor así. Todo a la primera y cuantas veces hiciera falta. Y con una disposición exquisita.


Quedamos a las nueve de la mañana y no paramos de hacer fotos hasta las dos y media de la tarde. Sin descanso ni para tomar un bocata. Pero ahí nadie se quejaba, todo el mundo disfrutaba y se lo pasaba bien. El equipo de Weider es un equipo que hace lo que le gusta y eso se nota. Y Manu y yo, Manu, joder Manu!!!. Manuel Redondo, para quien queráis conocerle no dudéis en seguirle en twitter porque os sorprenderá @mredondo1. Compañero mío de batallas en Mediaset, una de las personas con más capacidad de comunicación, don de gentes y aptitud que conozco. Sin él estas fotos que veis no serían iguales, de eso estoy más que seguro.


A estas alturas creo que se nota que disfruté especialmente con esta sesión. Creo que no me puedo quejar la verdad. Aunque llevo una temporada pensando en dejar de hacer fotos deportivas, trabajos como este y trabajos como el de Alaska, me hacen pensar en que el problema no está en el deporte sino que hay motivos y motivos. Y ya que tengo la suerte de poder elegir, elegiré aquello que más me haga disfrutar, porque es de lo que se trata y es lo que además, después, se reflejará en tu trabajo.


Os dejo con Isabel y Luis, dos grandes atletas que forman una pareja fantástica.









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